La globalización legendaria: el cuento y el teatro (cont).

La Historia en sus primeras fases, hasta la Edad Media, utilizó las leyendas como mterial histórico: el Cantar de Fernán González en la Crónica Najerense, el Cantar de Mio Cid en la Crónica de 20 Reyes; Alfonso X en su Crónica General utilizó el Cantar de la Condesa traidora, el de Sancho II de Castilla y el de El Cerco de Zamora… Naturalmente Los cantares era prosificados, aunque frecuentemente la prosificación consistió en la sucesión de los versos en la escritura.

En el estudio se atienden los descubrimientos que en el Congreso Internacional de Tradiciones Populares de 1900, se hicieron evidentes. Los Vedas recopilaron leyendas arias, el Zend-Avesta contiene leyendas persas y la Biblia recoge junto a leyendas semitas otras de aquellos pueblos con los que compartieron historia. Se trata especialmente el sumerio por ser la primera lengua escrita en carcteres cuneiformes, cuyos hablantes tienden al monoteísmo. Se aclara la teoría de Geneppe sobre la construcción de las leyendas y se hace eco de las leyes que según Raoul Rossière rigen el desarrollo de esas leyendas populares (ley de orígenes, ley de las transposiciones y ley de las adaptaciones)

El cuento es tan difícil de definir como lo fue la novela para Cela, pero Vladimir Propp en 1928 dio a conocer un interesante método de análisis del cuento tradicional, método que sirvió de modelo a los estudios de narratología en los años sesenta. En lugar de seguir la historia de un protagonista, busca las funciones (acciones) que se expresan. Veremos que aparecen acciones idénticas en culturas difícilmente conexas. Por ejemplo: un rey regala a un valiente un águila que lo transporta a otro reino / el abuelo de Soutchenko regala a su nieto un caballo que lo transporta a otro reino / un mago da una barca a Ivan que lo trasporta a otro reino / La Reina da un anillo a Iván que lo transporta… etc. Vemos esas reiteraciones en el ascenso al Cielo: la Escala de Jacob en el Génesis / en la ”gesta de Adiswal” en el ámbito sumerio y hasta aparece en un cuento popular murciano (“Un Sapo pretende subir al cielo, por una escalera muy alta, muy alta, muy alta…… que tenía muchos escalones, muchos escalones, muchos escalones…. Y empieza venga a subir, venga a subir, venga a subir….. Y cuando le faltaban dos escalones para llegar al cielo, dio un resbalón y cayó de panza en tierra. Se levantó, se sacudio el polvo y refunfuñando exclamó: ¡Me cago en las prisas!)

Malinovski advirtió el peligro del método genético. Sin embargo él buscó antecedentes en colecciones como El Asno de Oro, El Decameron, Las Mil y una noches, etc. La Escuela de Traductores de Toledo, creada por Alfonso X proporcionó motivos a esta teoría. Pero se estudian también las controversias surgidas de la llamada “teorie des cantilennes”, que llevó a autores como Hübner, Wolf o Durán a suponer la existencia de romances anteriores en la cristalización de Cantar de Mio Cid. Milá y Fontanal fue el primero en rebatir la teoría, opinión corrobarada posteriormente por los estudios de Bédier y Menéndez Pidal.

Hay una generalizada teoría sobre la aparición del teatro en los ritos y representaciones religiosas, por el poder dialógico de la palabra que defendía Bajtin. Se estudia este proceso en varias culturas: en la cultura occidental greco-latina, ya Aristóteles declara el nacimiento de la tragedia y la comedia vinculado al Ditirambo y los Himnos Fálicos, respectivamente. Aunque el Léxicon de Suda dé a Arion como creador de la tragedia, hecho que Horacio atribuyó a Tespis.

Se ve ese mismo poceso en otras culturas con las variantes que la mímesis impone: las danzas rituales del Alto Volta, con entrada de dioses y mitos; en Thailandia y Bali también los dioses participa en los conflictos humanos y de ellos se nutren los teatros jong, jon y lajon.

Hay sin embargo en todas las culturas algunos momentos en que ciertos sectores imponen determinados secretos religiosos cuya representación que da reservada a iniciados, como los Misterios de Eleusis en la cultura griega. Hasta se llega a prohibir el teatro en algunos sectores de la cultura cristiana (amis). Ya Cicerón no quiso otorgar al teatr ser “escuela de la vida”, porque “si del teatro se suprimiera lo que tiene de vicioso nos quedaríamos sin espectadores”.

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