INCOHERENCIAS SEMIÓTICAS DE «GASPAR»

GARCÍA TEMPLADO, JOSÉ (1996), “Incoherencias semióticas de Gaspar” en POZUELO YVANCOS Y VICENTE GÓMEZ (eds.) Mundos de ficción Actas del VI Congreso Internacional de la A.E. de Semiótica. Murcia: Universidad.

El fenómeno de Kaspar Hauser ha sido motivo de inspiración. más o menos frecuente, en la literatura de creación. Max Jakob, Paul Verlaine, Ernst Jandl o Peter Handke han dado su interpretación del hecho en distintos géneros, al igual que Werner Herzog la dio en el film.

Si bien el poema de Verlaine hace referencia sólo a sentimientos íntimos de Kaspar, la obra de Peter Handke hace hincapié en la comunicación (o incomunicación), y, de ahí, a lo que el lenguaje puede hacer con una persona que nace al mundo, ya adulto, pero virgen de toda experiencia comunicativa.

El choque con un lenguaje conformado para obtener una rentabilidad en múltiples aspectos puede formar o deformar, y, sobre todo, permite dominar o ser dominado hasta anular todo atisbo de libertad. Cualquiera puede incluso ser esclavo de su propio lenguaje. La situación creada por Handke para el arranque de Gaspar está solamente inspirada en la situación real de Kaspar Hauser. Su madre lo abandonó agobiada por la pobreza. Pero, ¿por qué el hombre que lo recogió el 7 de octubre de 1828, cuando apenas contaba seis meses, lo mantuvo tan aislado del mundo que no consiguió tener la menor experiencia de la vida? Forma parte del misterio que el propio Kaspar nunca supo explicar.

Fuera del breve entorno en el que debieron transcurrir sus primeros 17 años, dejó de estar sólo consigo mismo y debió sentir el terrible dolor de un desarraigo absoluto. Extraño en un mundo que intentaría adaptarlo a sus peculiaridades. Su abandono en la plaza de Nürenberg fue el corte del cordón umbilical que lo unía a su niñez, a la oscura e ignorada estancia que lo había acogido como una prolongación del claustro materno. Éste fue su segundo nacimiento, su verdadero nacimiento; el gesto por el que fue dado a luz.

La obra «muestra cómo se puede hacer hablar a alguien hablándole. Incluso podría titularse Tortura Verbal». Y nos aclara que «Gaspar no tiene ningún parecido con un payaso, más bien se asemeja, al principio, a Frankestein o King-Koog». El resto de esta introducción explica, describe la su biografIa, el atrezzo, y algunas maneras de actuación. En otras palabras. se tratade una larga acotación inicial, incluida en esa categoría de «lenguaje secundario» que Ingarder (1971: 533) daba a las acotaciones, pero Peter Handke lo convierte en «lenguaje principal (o primario)» al indicar, a su conclusión, que podría leerse por los altavoces mientras se acomodaba el público. Así se hizo en la puesta en escena de José Luis Gómez con buena parte del texto, que se repetía hasta el comienzo de la acción.

Leer Más…    Volver a Publicaciones